La educación formal estuvo presente en Pelchuquín desde la llegada de los padres Capuchinos durante la década de 1860, puesto que la instalación de una Misión conllevaba al mismo tiempo tres ámbitos inter relacionados, el económico, el espiritual y el educativo.
Sin embargo, durante este tiempo la enseñanza, confundida también con la evangelización, se impartía de modo precario, solo con la llegada de las hermanas de la Santa Cruz, durante la primera década del siglo XX, se vino a estructurar de mejor forma.
La señora Ada Bórquez recuerda que la primera escuela Misional "…estaba casi al frente de la Iglesia" [pero] "estuvo cerrada un tiempo porque esa escuela se
quemó,... [hubo] un tiempo que no hubo escuela y el año sesenta más o
menos se abrió otra vez”
Este incendio al que alude la señora Ada ocurrió aproximadamente durante la década del 30, sin embargo durante el lapsus de esta década y la del 60 se continuó impartiendo la labor educativa, al parecer en alguna casa misional, pero dedicada principalmente a varones: "fue harto tiempo que estuvo sin haber el
colegio, yo no sé si seguirían porque también los más grandes los tenía el
Padre allá, el Padre Leonardo, que no me acuerdo que apellido tenía, el tenía…
todos los más grandes, que venían de… San Pedro…, San Pedro, Chiguao, todo eso venían, entonces todos los que
ya eran más jóvenes..., esos los tenía todos el
Padre…, de por acá arriba venían también otros que ... debe haber tenido sus quince años, eso es lo que yo pienso, ... todos los mas grandes los tenia él,
en la misión allá mismo, ahí él les hacia clases”.
Durante este período, las educación se impartió en el edificio que se muestra en la fotografía. Luego con la llegada de la hermana Tarcisia y del Padre Enrique Brudny a principio de los años 60, el colegio se refundo en el terreno aledaño y este se convirtió en el internado y comedor de las niñas de la escuela misional.
“Yo de lo que más me acuerdo es de cuando empezó
otra vez la escuela misional es que había una monjita que se movía con todo,
existió la legión de María, ella atendía a los enfermos, iba a las casas, los
llevaba al hospital y era profesora también. Mis niños mayores trabajaron en la
misión, en el verano salían a hacer fardos, iban a trabajar al campo”. (Sra. Ada)
Sin embargo, la señora Ada, que estudió en la década del 30 recuerda de esta forma su paso por el colegio de la Misión, esta llegaba “Hasta… sexto, pero yo estuve dos años no más, porque nosotras vivíamos lejos, vivíamos en una parte que se llama La Esperanza, de allá veníamos…, y veníamos las dos con mi hermana…, nos juntábamos con las Vergara que vivían poco más acá…, Las Lumas, en una parte que se llama Las Lumas, y nos veníamos y en la tarde nos íbamos, salíamos a las cuatro, traíamos para almorzar acá…, almorzábamos…, lo que traíamos, en ese tiempo no había internado no había ninguna cosa en la misión, ni acá en la fiscal tampoco, que había escuela fiscal también, una casa no mas ahí".
"...nosotros en esos años teníamos una profesora no mas también, pero no éramos tantos tampoco,... seriamos unos cuarenta niños en la escuela y era una sola profesora, ..., y yo estuve dos años no mas en el colegio, en primer año, El Ojo, y todo eso había que escribirlo, después venía el libro de primero que traía cuentos, traía de todo y había que escribirlo, ..., y había que traer las tarea hechas, el primer año cuando uno empezaba, el papá tenía que comprarle una pizarra y llevar las tareas y traerlas en la pizarra, yo no seguí yendo porque la escuela era muy lejos y la gente tomaba mucho, y mi mamá tenía la intención de siempre ponernos en La Santa Cruz, pero en San José y había que tener plata también..."
Sin embargo, la señora Ada, que estudió en la década del 30 recuerda de esta forma su paso por el colegio de la Misión, esta llegaba “Hasta… sexto, pero yo estuve dos años no más, porque nosotras vivíamos lejos, vivíamos en una parte que se llama La Esperanza, de allá veníamos…, y veníamos las dos con mi hermana…, nos juntábamos con las Vergara que vivían poco más acá…, Las Lumas, en una parte que se llama Las Lumas, y nos veníamos y en la tarde nos íbamos, salíamos a las cuatro, traíamos para almorzar acá…, almorzábamos…, lo que traíamos, en ese tiempo no había internado no había ninguna cosa en la misión, ni acá en la fiscal tampoco, que había escuela fiscal también, una casa no mas ahí".
"...nosotros en esos años teníamos una profesora no mas también, pero no éramos tantos tampoco,... seriamos unos cuarenta niños en la escuela y era una sola profesora, ..., y yo estuve dos años no mas en el colegio, en primer año, El Ojo, y todo eso había que escribirlo, después venía el libro de primero que traía cuentos, traía de todo y había que escribirlo, ..., y había que traer las tarea hechas, el primer año cuando uno empezaba, el papá tenía que comprarle una pizarra y llevar las tareas y traerlas en la pizarra, yo no seguí yendo porque la escuela era muy lejos y la gente tomaba mucho, y mi mamá tenía la intención de siempre ponernos en La Santa Cruz, pero en San José y había que tener plata también..."
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