viernes, 24 de enero de 2014

El internado de la Misión de Pelchuquín.


“El internado era una casona negra grande, que eso lo demolieron después y ahí fueron construyendo de a poco, digamos un dormitorio, el comedor fue primero, que eso lo construyó el Padre [Enrique], después agrandó la cocina, después fue construyendo el otro dormitorio porque habían dos dormitorios, digamos chico y grande, y era solo internado femenino.” (Selmira Barrientos. 01/07/2012).

Obispo Guillermo Hartl, junto a niñas internas de primera comunión, al fondo se aprecia la casa parroquial y el caserón negro que funcionó como internado. Fotografía fines de los años 60. 

“Mi mamá quedó viuda con cuatro niños y  vio la necesidad de internarnos para poder ella trabajar. Así que había solo dos internados, el femenino y el de varones que estaba allá [Escuela Fiscal] entonces a mi hermano lo internaron en el de la Fiscal y yo sola acá en el de mujeres, porque era solo de mujeres.” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012).

Y en el internado “Antes se salía cada 15 días, no era como ahora que los niños salen los fines de semana, y yo me acuerdo que mi mamá nos venía a dejar con unas maletas de mimbre, unas maletas de madera, incluso cuando vemos maletas de mimbre Rubén me molesta y me dice –Chola mira tus maletas cuando estabas interna. Maletas de madera, yo no sé cómo me las podía si eran terrible de pesadas…” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)

“Bueno desde la parte interna nosotros lo vivimos de que los domingos eran de televisión, los fines de semana eran de televisión y si se retiraban muchas niñas que se iban a las casas y quedaban pocas, el padre se encargaba de salir a pasear con ellas, si estaba bueno salíamos  al campo, salíamos a caminar por la carretera, íbamos a la lechería, o a veces en camión nos llevaban a San José, o si no íbamos a competir candidaturas a reinas y nos subían arriba de un camioncito que tenía el internado y tapados con frazadas y ahí… pololeábamos (risas).” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)

“Salíamos con el Padre [al campo], el sábado o el viernes en la tarde, nos arreglábamos nos poníamos botas o Zapatos viejos, salíamos a andar en las quilas, en las vegas abajo, salíamos a buscar Nalca, cantando, porque el siempre nos hacía cantar, y felices todos con palos porque siempre lo imitábamos a él, porque el andaba con bastón entonces nosotros buscábamos palos y ahí andábamos todos, y él nos llamaba a puros silbidos y empezaba a contarnos, porque él decía que nosotros éramos sus ovejas o si no nos hacía a nosotros enumerarnos, ya y ahí después daba la vuelta seguía caminando y nosotros atrás  “caminar, caminar nunca para atrás mirar” y el  miraba y si nos sorprendía mirando nos hacía volver a cantar la misma canción.” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012

Paseos de niñas internas. 
“Salíamos por allá por el bajo, buscando nalcas, moras, lo que pilláramos, él se metía a los pantanos y una vez recuerdo que cuando volvimos yo llegué con los pies llenos de barro y las monjitas se enojaron a tal extremo que el padre se fue a su internado y a nosotros nos castigaron y al Padre no lo castigaron, a nosotros no mas y a mí me empezó a correr sangre de los pies y una monjita me lavó los pies pensando que los tenía lastimados o alguna cosa y entremedio de los dedos tenía unas cosas que se llaman “pirihuin” [Sanguijuelas] y llamaron al Padre para que viera que cosa era y el hizo hervir agua en una tetera y de a poco me fue echando y se comenzaron a caer a  desprender...” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)

“Todos los domingos salíamos en el auto que él tenía, nos sacaba a Pucón, Valdivia, nos llevaba  a ver equitación me acuerdo a La Saval, nos llevaba a la Austral también.” (Sra. Selmira Barrientos. 01/07/2012)

En el Internado de la Misión “Habían 15 bicicletas en las cuales nosotros salíamos después de almuerzo con el Padre a andar (…) después llego una monjita que era muy alegre, muy diabla si puede decir, era loca, no sé como se llamaba (…) pero era alegre y se arremangaba sus vestidos, sus polleras y se las metía no sé por dónde y se montaba en bicicleta y las bicicletas  el padre siempre las trataba de mantener buenas. Así que salíamos delegaciones en bicicleta, de repente por ejemplo para el mes de maría, íbamos en bicicleta para las casas lejos, íbamos cantando, nos invitaban a tomar once en las casas, me acuerdo que siempre las onces eran con quesito de campo, me acuerdo que las casas no tenían piso pero la tierra era bien barridita así como que estaba encerado y sin piso pura tierra y nos daban leche y ya conversábamos sobre  hacerle catecismo a los niños y después nos veníamos otra vez en bicicleta, salíamos para allá para San Pedro en bicicleta o si no salíamos a caballo.” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)

“Al internado llevábamos  muñecas, hacíamos casa en los closets y jugábamos. Teníamos horario de estudio igual, terminaba el horario de juego y que teníamos que subir, de tal hora hasta tal hora se hacían las tareas, se estudiaba y se leía lo que se tenía que leer, después se guardaban todos los libros y teníamos que cenar, después un poquito de… como 20 minutos de televisión porque había una tele gigante en el comedor arriba que la tenía el Padre igual y después a retirarse a los dormitorios.” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)

Paseo de niñas internas e hijos de trabajadores de la Misión en Mehuín 1970.
“A nosotras nos decían las hijas de los curas, porque yo me crié con ellos y con otras niñas, una se llamaba Julia, éramos como de la misma edad, por que las otras eran como más grandes, porque habían varias chicas estaba la Aurelia igual con problemas familiares  y Brisa se llamaba otra, Marisol, Florentina que igual era de San José esa niña.” (Selmira Barrientos. 01/07/2012)

“Y para las fiestas nosotras teníamos que  ir (…) igual él nos celebraba como aparte por ejemplo, la pascua de resurrección, eso igual, después que compartíamos con las niñas normalmente teníamos que ir a celebrarlo con él igual.” (Selmira Barrientos. 01/07/2012)

Niñas internas celebrando cumpleaños de Sor Tarsicia (de negro) 1972.
En el internado “Nosotras teníamos que cumplir con nuestros deberes como interna (…) teníamos que hacer el aseo en la iglesia, sobre todo los cursos más grandes, pero aparte de la iglesia nada mas, ayudar, bueno mandaban a pelar papas” (Selmira Barrientos. 01/07/2012)

Las labores en el internado “Se repartían entre aseo dormitorio, aseo jardín, aseo para el dormitorio del Padre también, aseo de su ropa, limpieza de sus zapatos…” (Jacqueline Quezada. 09/06/2012)
Labores niñas internas, año 1976.



1 comentario:

Sandry Arancibia dijo...

Cuántos recuerdos de aquellos años 80,mis padres se separaron y nos fueron a internar con mi hermano a pelchuquín, mis padres estaban en santiago trabajando...estuvimos dos años internados, recuerdos lindos como nuestra profesora srta Griodina, que siempre estaba pendiente de mí y otras compañeras, sólo teníamos entre siete y ocho años,hoy a mis 48 años de vida aún afloran lindos y tristes recuerdos de aquella época siempre presente en mi vida...